Mucho se habla de la necesidad de entrenamiento mental o psicológico para escalar. A estas alturas ya es ampliamente reconocido el papel que la mente juega en nuestro desempeño en la roca. Nuestra mente influye en cada decisión, en cada movimiento, en cada paso. Determina de antemano la posibilidad de conseguir algo o no hacerlo, teniendo un papel más crucial incluso que la fuerza física.
¿Cuál es el objetivo del entrenamiento mental?
El objetivo de cualquier entrenamiento mental es desarrollar la fuerza mental. Al igual que la fuerza física, la fuerza mental se puede (y se debe) entrenar. Simplemente porque se puede desarrollar.
Al igual que sabemos que no somos débiles físicamente si no que, en cualquier caso, estamos débiles y si entrenamos podemos estar fuertes, con la mente sucede exactamente lo mismo. No es que una persona sea miedosa de por sí. O es ansiosa. O la frustración la paraliza con facilidad. Ya podemos dejar de excusarnos en el “yo soy así”. En el “a mí me da miedo esto y no lo puedo cambiar”. Porque no es verdad. La fuerza mental se puede desarrollar y podemos lidiar eficientemente con todo esto gracias a ella. Lo que nos lleva a la siguiente pregunta:
¿Qué se entiende por fuerza mental?
La fuerza mental es la capacidad para gestionar nuestras emociones, para mantener la calma en situaciones de estrés, controlar nuestros pensamientos, o para lidiar con la presión psicológica.
Es lo que nos permite obrar adecuadamente en cualquier situación sin dejarnos arrastrar por las emociones. Mantener la calma donde perderla supone fallar.
La escalada nos proporciona ejemplos claros de la importancia de desarrollar esta fuerza y de las consecuencias de no hacerlo. Si tienes miedo a caer darás los pasos de forma menos decidida y probablemente caerás. Si no confías en los apoyos que tienes en los pies, ejercerá menos presión sobre la roca y resbalarás. Si escalas ansiosamente te olvidarás de descansar e incluso de respirar, haciendo que te agotes antes de conseguir tu objetivo. Por otro lado, si escalas demasiado confiado o creyendo que algo es demasiado fácil, puede que no pongas atención suficiente en lo que estás haciendo y te sorprendas fallando en lo que ya dabas por hecho antes de empezar.
Algunas claves para desarrollar fuerza mental (inspiradas en el estoicismo) y que se pueden desarrollar gracias a la escalada.
-Expande tu zona de confort, practica la incomodidad
Expandir tu zona de confort es sinónimo de expandir tu libertad. De expandir tus posibilidades. Cuando te expones a la incomodidad y ves que no es para tanto, que eres capaz de superarla, te liberas de tus miedos y de tus límites impuestos por lo conocido y la comodidad.
Cuando escalas algo por encima de tu grado, al principio estarás incómodo, te costará, fallarás. Pero, poco a poco, irás consiguiendo que escalar ese grado sea cómodo para ti. En este momento has expandido tu zona de confort y, lidiando con la incomodidad al principio, has ganado la posibilidad de desenvolverte mejor en escaladas un poco más complicadas. Tienes más confianza en tus habilidades y conservas mejor la calma en cada vez más situaciones.
Escalar de primero o practicar las caídas son buenos ejemplos de cómo practicamos la incomodidad en la escalada.
-Identificar correctamente las situaciones y no dejarse llevar por las percepciones.
Sin apenas darnos cuenta, impregnamos todas las situaciones con nuestra subjetividad. Creemos que las cosas son tal cual las interpretamos… hasta que nos damos cuenta que nuestra interpretación era errónea.
Por ejemplo, juzgamos un hueco en la roca como un agarre fácil o difícil, sin percatarnos que esa valoración es totalmente subjetiva y además está condicionando nuestro desempeño. Igual de tanto pensar que es difícil no dejo espacio a encontrar el ángulo desde donde se agarra fácil. O cuando pienso que es fácil no fuerzo tanto la posición y resulta fácil.
Hay que intentar ser siempre lo más objetivo posible, evitando contaminar nuestra experiencia con juicios erróneos o con reacciones emocionales innecesarias. Simplemente aceptar lo que hay y hacer lo que se pueda.
-Acepta lo que venga y aprende de todo.
Los estoicos reflexionaban ampliamente en un concepto muy interesante: amor fati. Traducido como “amar el destino”, viene a significar básicamente aceptar de buena gana lo que te venga. Cada cosa que te venga la aceptas y lidias con ella tal como es, sin sufrir porque no es como esperabas o como quisieras.
Las cosas son como son y vienen como vienen, en tu mano (o en tu mente) está elegir como te lo tomas, si como un sufrimiento o como una oportunidad para aprender y crecer.
Volviendo a la escalada, podemos aplicar esto en muchas situaciones. Imagina que estás a punto de encadenar tu proyecto y caes en los últimos pasos, que además son los más fáciles. Puedes elegir cogerte el cabreo del día o puedes aceptar la situación y aprender a no relajarte antes de tiempo, a mantener la atención hasta el final y tomar la oportunidad de seguir mejorando.
-Enfocarse solo en lo que depende de uno mismo.
Una vez que has conseguido aceptar la situación, lo que necesitas es saber qué hacer al respecto. Y no hablo de técnicas o métodos, sino de identificar lo que puedes hacer y lo que no. Lo que depende directamente de ti y está bajo tu control, sin intentar controlar lo externo, lo que depende de otras variables que, de intentar controlarlas, solo producirían frustración.
No siempre es fácil identificar lo que depende de ti. En más de una ocasión tendemos a pensar que tenemos más control del que realmente tenemos. Por ejemplo, si mi cuerpo está cansado, si mi mente está distraída NO son cosas que dependen de mí. Lo que depende de mí es lo que hago al respecto: si descanso cuando es necesario, si intento respirar profundamente y volver a concentrarme, si me voy a una vía más fácil o si me propongo intentarlo un par de veces más.
No forzarme en batallas que no puedo ganar, sino buscar qué puedo hacer para avanzar hacia mi objetivo haciendo lo que realmente depende de mí y no de factores externos o incontrolables.
La fuerza mental te servirá para todo
Lo bueno de desarrollar la fuerza mental es que obtienes beneficios que te serán de utilidad en cualquier área de tu vida. Da igual que estés lidiando con una pared de roca o con un nuevo proyecto, con compañeros de trabajo o con cualquier tipo de desafío que la vida te plantee. Si tienes desarrollada tu fuerza mental, estoy seguro que podrás mantener la calma y resolver las situaciones que se te presenten de la mejor forma posible, sin dejarte arrastrar por emociones negativas, identificando y aceptando la situación tal como es, usando tus energías de forma eficiente solo donde puedas producir los mejores resultados.
Así es la fuerza mental. Se puede entrenar escalando, pero probablemente es de las cosas que más transferencia tienen. Todas las áreas de tu vida se verán beneficiadas si desarrollas estas capacidades.
*Este artículo está basado en el libro “Escalar la vida: Dos mil trescientos años de sabiduría a través de la roca” donde se reflexiona ampliamente sobre la aplicación de la sabiduría estoica a la escalada.