Convencimiento y visualización: las poderosas herramientas mentales del escalador.

Encadenar una vía suele ser una compleja combinación de fuerza, flexibilidad, técnica, calma mental, habilidad, agilidad, conocimiento correcto de los movimiento a hacer (la beta), estado de ánimo, “suerte”, condiciones ambientales… entre otras muchas variables, las cuáles no tienen por qué darse de forma simultánea y no siempre son requeridas. Quiero decir, puede que no tengas mucha fuerza ese día pero tengas la beta correcta y encadenes, por ejemplo. 

Pero lo que venía a reflexionar en este post es otra cosa. Algo que me resulta muy curioso. ¿Por qué una vez que encadenas una vía es mucho más fácil encadenarla de nuevo una y otra vez? ¿Te ha pasado? Intentar e intentar y caer siempre. Encadenarla y no volver a caer nunca más en esa vía. 

Puede que sea porque ya has desarrollado toda la fuerza y la técnica necesaria para lo que demanda esa vía. Pero yo creo que es otra cosa. Es un “clic” que se hace en tu mente y en tus emociones. Porque no estás mucho más fuerte que hace dos días cuando te frustraba no conseguirlo. Pero al encadenar te has demostrado que puedes hacerlo. 

A veces, después de encadenar, no solo eres capaz de repetir fácilmente la misma vía, sino que eres capaz de moverte en ese grado con bastante facilidad. 

Una sola vía te convence de que puedes hacer ese grado y desbloqueas un sinfín de nuevas posibilidades. Y subrayo convence porque es una palabra clave aquí.

Creo firmemente que este clic tiene que ver con el convencimiento sobre nuestras capacidades al que llegamos después del logro. Después de encadenar te has demostrado empírica y objetivamente que puedes hacerlo, y esa prueba te deja, por lo general, totalmente convencido de que puedes volver a hacerlo. Y digo por lo general porque puede que ni siquiera esto sea suficiente para convencerte de tu propia capacidad, por lo que probablemente deberías poner más esfuerzo en convencerte a ti mismo. En creer más en ti.

¿Cómo podemos generar este convencimiento en cualquier momento y en cualquier situación? (incluso antes de encadenar)

Tendrías que reflexionar en las razones objetivas por las que te es posible encadenar. Encontrarlas y, lo más importante, creerlas y accionarlas. Un par de ejemplos: cuando voy de segundo encadeno todos los pasos, por lo que estoy suficientemente fuerte para hacerlo / Conozco la beta perfecta para dar el paso que me cuesta, ya que intentándolo en aislado me sale. Solo tengo que mantener la calma. 

Y, por otro lado, también sería conveniente reflexionar sobre las razones que te das para no conseguirlo. Las objeciones que pones a tus posibilidades de éxito. Ejemplos: No estoy lo suficiente fuerte -reflexiona sobre si objetivamente es así y, si es así, acéptalo y sigue con tu proceso, sin frustraciones, entrenando e intentando la vía.

Resumiendo: si piensas en todas las razones objetivas por las que podrías alcanzar tu meta podrás desarrollar la confianza suficiente para conseguirla. Este es el truco supremo: puedes conseguir primero la meta y luego estar convencido de que puedes… O puedes estar convencido de que puedes y alcanzar la meta. Esta es una aplicación más de la Ley de la Reversibilidad, de la que escribí hace años otro artículo de blog (https://climbingletters.es/ley-reversibilidad/

Para convencerte de algo y generar la confianza para conseguirlo, hay una acción muy potente: la visualización.

Y sí, es una acción. No es pensar que lo hago. Es visualizarme haciéndolo, con toda la precisión de detalles posible. Visualizar es una acción también porque la mente subconsciente no diferencia entre lo real y lo imaginario.

Esto en escalada se usa mucho. No es solo pensar que lo consigues por arte de magia o verte desde fuera escalando como si fuera una película. Es importante que se visualice hasta el más mínimo detalle: cuándo y dónde voy a poner el pie, dónde tendré las manos cuando mueva el otro pie, donde queda el siguiente agarre, desde dónde y con qué mano voy a chapar… etc. En fin, todos los detalles posibles. Si repasas la vía con mucha precisión, cada vez que lo hagas es como si la estuvieras escalando, aunque tu mente racional no se lo crea del todo.

Y no solo los detalles físicos de la roca, la posición en la que vas a estar o los movimientos que vas a hacer. También tienes que visualizar tus emociones; más bien te tendrías que imaginar no teniendo ninguna. Porque cualquier emoción perturba la paz que necesitas para ejecutar los movimientos. Como mucho te podrías visualizar alegre, agarrando regletas y bloqueando con una sonrisa en la boca. Pero eso es incluso menos realista. Lo normal es que cuando se está concentrado no se tienen emociones: el miedo, el enfado, la ira, o incluso la alegría son distracciones. En estado de concentración no hay nada entre la roca y tú. Y esto lo sabrás por experiencia, si te paras a pensarlo un momento. 

¿Y cómo se visualiza esa nada, esa ausencia de emociones? Simplemente te visualizas haciendo con total tranquilidad ese chapaje que te da miedo o esa secuencia que te cuesta. No te imaginas teniendo miedo a caer o poniéndote nervioso porque estás al límite de tus fuerzas. La imagen que proyectas en tu mente es la de ti mismo ejecutando el paso con precisión y sin reacción emocional, totalmente relajado, como si lo hubieras hecho mil veces y fuese tan sencillo como abrir el tapón de una botella de agua. 

Verás que tampoco es tan fácil imaginarnos en paz haciendo lo que nos cuesta o nos da miedo. Si te imaginas haciendo ese paso complicado o expuesto, seguramente se detonarán en ti emociones parecidas a si estuvieras haciéndolo, puede que hasta sientas un hormigueo en los pies. El hecho de reprogramar estas reacciones emocionales incluso en nuestra imaginación exige también mucha concentración, disciplina y práctica. Debe hacerse como una meditación, tomándose un tiempo para respirar y relajarse (no te puedes imaginar tranquilo estando en un estado agitado) para después empezar el proceso de visualización.

Cabe recordar que esta técnica sirve para cualquier cosa en tu vida. Hemos hablado de visualizarte escalando tu proyecto pero puedes visualizarte haciendo la presentación pública que te pone nerviosa, terminando ese trabajo que tanto te cuesta, tomando una decisión, teniendo esa charla necesaria con alguien, etc. Todo esto con todos los detalles posibles y, lo más importante, en paz. En estado de relajación y autocontrol. 

De todas formas, lo mejor es empezar a probar con algo simple para familiarizarte con este poder. Por eso me gusta tanto usar la escalada en los ejemplos. Riesgos controlados y no hay en juego nada demasiado importante en tu vida. La cuestión es experimentar, tomar acción. No es suficiente leerlo.

*Este post está basado en algunos de los mails que se comparten a través de la lista de correo. Suscríbete y recibe gratis breves lecturas que te harán reflexionar a otro nivel —> climbingletters.es/mail

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