¿Podría ser la escalada un nuevo tipo de yoga? Entrevista a Juan Marbarro

En este artículo encontrarás la transcripción del episodio del podcast de Rock&Joy en el que Migue Sancho (entrevistador) y Juan Marbarro (entrevistado) conversan sobre las posibilidades de aplicar los preceptos del yoga (como filosofía) a la escalada. Puedes escucharlo en https://rockandjoy.com/185-2/ o en las principales plataformas de podcast.

Contenidos
Escalada y Filosofía
Escalada y Yoga
Yamas y Niyamas
Recapitulación Yama y Niyama
Escalada y dominio de la mente
Enlace a segunda parte de la entrevista
Asana
Pranayama
Pratyahara
Dharana y Dhayana
Kleshas
Conseguir el libro

MS -Bienvenido de nuevo Juan, bienvenido a tu casa, ¿cómo estamos?

JM -Gracias, todo bien. Gracias por invitarme.

MS -(risas) Acabamos de empezar la entrevista y ya te has cortado (risas) tranquilo que no muerdo.

JM -Siempre me pasa, podemos hacer un arranque en dos fases, empezamos de nuevo.

MS -Esto forma parte del directo, no pasa nada. Somos personas a fin de cuentas, todos trabajando en nuestra mejora, en nuestro desarrollo, en nuestra sadhana, así que esto forma parte del camino también. Quería preguntarte, al hilo de este libro nuevo que has sacado, “La escalada es el nuevo yoga”, del que vamos a hablar largo y tendido las próximas hora y media o dos horas, antes de arrancar, me gustaría saber cuál es tu motivación para dedicarle tanta energía, tanta pasión al autoconocimiento a través de la escalada, porque empezaste con el estoicismo, has pasado por el taoísmo, ahora un libro sobre la escalada a través del yoga, y en realidad no son más que diferentes cauces, diferentes maneras de entender el desarrollo filosófico o espiritual a través de este medio tan bonito como es la escalada. ¿Qué es lo que te ha llevado a eso?

JM -Sí, al final es una búsqueda, como todas las búsquedas pero al final todas llevan al mismo sitio y la escalada lleva también a ese sitio. Todas las filosofías y todas las búsquedas llevan a la felicidad. Y la felicidad no es otra cosa que el dominio de la mente, que es la que nos crea los sufrimientos y las incomodidades. Entonces, todas las filosofías llevan, el estoicismo, el taoísmo, el yoga… llevan hacia el dominio de la mente, y a través de la escalada podemos ejercitar ese dominio de la mente como bien sabemos cualquiera que se haya encaramado a una pared y haya visto cómo la mente empieza a tirarle de todo, cuando realmente todo eso que la mente le estaba diciendo en ese momento no era tan real y eran más unas proyecciones y unos límites aprendidos, unos condicionamientos que se podrían ir desmontando para ir ganando un poco de paz, digamos, de dominio sobre la mente.

Escalada y filosofía

MS -Y qué fue antes, por curiosidad, ¿Cómo surge esto? ¿Empiezas a escalar y te das cuenta que surgen preguntas, surgen cosas, surgen un montón de condicionamientos como tú dices y exploras diferentes vías para darle riendas a esa inquietud, o tú ya eras una persona que había estudiado, había leído, se había interesado en diferentes filosofías y encuentras un encaje ahí en la escalada?

JM -Sí, yo ya había estudiado bastante, me interesaba el tema, también la escalada la llevo haciendo bastante tiempo, quizá como todo el mundo en periodos con más continuidad y periodos con menos pero no siempre es fácil ver la conexión, no siempre se encuentra la forma de aplicar lo que ya sabes, lo que has podido leer en muchos libros, en muchas filosofías, entonces hubo un momento en el que pensé, pues como ejercicio, casi como un juego, voy a probar a que la próxima vez que me pase esto en la roca voy a probar a poner en práctica esta cosa que he leído en esta filosofía, en este libro, y nada, así fue un poco como le puse esa intención a la escalada. Es una cuestión de intención. La intención con la que te acercas a lo que estás haciendo. Si vas a la roca y quieres ser más fuerte que tu compañero, hacer grado X o simplemente pasar una tarde al aire libre, pues, totalmente legítimo y está muy bien pero, si vas a la roca y dices pues ahora quiero ir un poco más allá de mi límite, quiero explorar un poco mis reacciones, mis condicionamientos, quiero ver dónde fallo, dónde me confío… todo, pues es un poco la intención que le pongas a la práctica, y el yoga es igual, es todo intención.

-Aquí me resulta súper curioso porque, dentro de lo que cabe, los dos y muchos llegamos a estas mismas profundidades, pero, en nuestro caso, de una forma muy paralela pero desde el enfoque contrario ¿no? Yo en mi búsqueda de conseguir escalar mejor, de conseguir explicar mejor cómo disfrutar más de la escalada, cómo sacarle más partido, me he topado con esto, me he topado con mi mente, me he topado con los condicionamientos, me he topado con “el Paco” como lo llamo yo y ya hemos hecho mención en este podcast alguna vez, y entonces, ahí he tirado de recursos que ya tenía y he buscado recursos nuevos. Mi objetivo no era “voy a trabajar un camino de autoconocimiento a través de la escalada” sino “voy a escalar mejor”, ostia, pues si quiero escalar mejor, de repente tengo que superar estas ciertas cosas y ahí las he trabajado. Y tú directamente has dicho, quiero el autoconocimiento, pues joder, la escalada es un vehículo fantástico para conseguirlo y al final, bueno, son dos intenciones diferentes pero complementarias.

Sí, no es tan diferente en verdad. La cuestión es que la escalada sirve como el terreno de juego, entonces, es como el propósito que te marcas y a través de ese propósito de escalar mejor o de escalar esta vía o de escalar lo que sea, te das cuenta, ahí proyectas las luces y las sombras digamos, ahí ves dónde estás fuerte, donde están tus limitaciones, ahí ves lo que tienes que trabajar. Sin la escalada o sin lo que hagas, yoga, una carrera laboral o estudiar, o lo que sea, sin algo que te dé el marco no podrías ver dónde están tus límites, no podrías cuáles son tus taras por así decirlo, entonces eso sirve como un objetivo que te hace buscar cómo superar esos límites, cómo superar esas barreras que encuentras y esto te hace crecer, entonces esto ya se convierte en un camino de crecimiento. La cuestión es tampoco enfocarse demasiado en el resultado, en buscar todo el tiempo alimentar más al ego y ser más fuertes y ser más grande que nadie, sino, al final, puedes buscar eso y toparte con lo otro sin querer, entonces, esa la cuestión, tener un propósito. Sea quién sea quien pone este objetivo, si lo pone el ego, si lo pones tú como deportista porque quieres tener un mayor desarrollo deportivo o si lo pones tú como escalador de domingo, como sea, pero lo importante es tener un objetivo a partir del cual ir desarrollando las herramientas.

-Desde luego como marco, como bien dices, no se me ocurre ningún otro que tenga tanta facilidad como para sacarte de repente de todos tus esquemas mentales preconcebidos y mostrarte tu realidad mental tal y como es. Y además de una forma tan rápida y de una forma tan poco arriesgada, entre comillas, si estamos hablando de escalada deportiva. Bueno Juan, antes de entrar en materia. Ya has escrito tres libros, ¿de dónde has sacado este tiempo para de repente en dos años y pico sacar tres libros de filosofía de la escalada, que era algo que, desde luego sí que es un micro nicho, si ya la escalada es un nicho, esto es algo realmente pequeñito?

Sí, más que el tiempo ha sido un poco más la energía que se la ha puesto ¿no? Entonces, cuando tienes la motivación el tiempo lo fabricas si hace falta. Si te tienes que levantar antes o si tienes que dejar de hacer otras cosas cuando hay algo que te motiva, como puede ser escalar, ¿de dónde sacas el tiempo para irte todo el día a una montaña a subir y bajar paredes? Pues porque te motiva. Esa es la cuestión y al final bueno, son cosas que ya había estudiado y ha sido un poco ir hilando, y como bien he dicho todas coinciden en muchas cosas y quizá un poco el truco es ese, que todas tienden a la misma cosa, al dominio de la mente y dicho con diferentes envolturas, todas dicen casi lo mismo. Entonces ha sido buscar un poco los puntos en común de cada cosa e hilarlo, para que al final quien lea los libros pueda encontrar esas diferentes envolturas cobrando un sentido en la escalada, entonces a ese punto ahorra bastante, no es que ahorre trabajo pero no son como tres cosas diferentes, son tres cosas que son la misma cosa explicado de diferente forma.

-Te pones unas gafas distintas en cada pegue que le das (risas)

Bueno, al final haces una síntesis también, cuando lees los tres libros, vas cogiendo lo que mejor te va en cada momento, son acercamientos diferentes y cada uno puede tener su momento, puedes empezar por uno y luego vas viendo que si evolucionas puedes aplicar otras cosas que antes no podías. Sí, es muy interesante el juego.

-Bueno, ya indudablemente después de escribir tres libros sobre la materia podemos decir que te estás creando un perfil profesional acerca de ésto. ¿Cómo lo estás orientando? Porque como bien dices le has tenido que poner energía, le has tenido que dedicar tiempo, tiempo que no le dedicas a otras cosas, ¿crees que esta actividad se puede sostener, vas a seguir sacando libros y podrías llegar a vivir de ésto?

Cómo bien enseñan todas las filosofías, como estábamos hablando, la cuestión es centrarse en el proceso. Seguramente lo único que puedo decir es que lo estoy disfrutando. El trabajo que estoy haciendo al escribirlos, el feedback que estoy recibiendo, los contactos que estoy haciendo, no a nivel profesional sino de gente que le gustan y le gusta charlar sobre el tema y, bueno, en principio, para vivir no sé, depende del nivel de vida que tengas pero creo que tendría que escribir unos cuántos más, pero bueno, ya no lo sé, de momento ahora no tengo pensamiento de seguir escribiendo sobre escalada, creo que se ha cerrado bastante el ciclo con este libro, se ha quedado bastante redondo digamos, entonces, sí quizá cuando descanse y tal pueda encontrar otra filosofía a la que adaptar o hacer algo o quizá escribir algo que no tenga tanto que ver con escalada, a pesar de que me guste tanto el tema.

Escalada y Yoga

Bueno, pues vamos al tema, ¿por qué yoga?

Como decía antes, los pasos han llevado al tema, hacia él, ya conocemos de sobra la complementariedad que tienen los asanas, que son las posturas de yoga, con la escalada, a nivel físico, muscular, de flexibilidad, fuerza… y bueno, eso era la parte más obvia, pero centrado en la filosofía también están bastante cerca. Al final la meta del yoga es la concentración y la meditación, entonces, creo que en la escalada… la historia de la escalada como forma de meditación es también un tema que está ahí latente en la mente de cualquier persona, pero que la concentración es una parte importante de la escalada es también bastante obvio.

Te falta escalada zen…

Claro, sí (risas) podría ser una posibilidad. Al final todas son la misma cosa, hablan de lo mismo de diferentes formas. Bueno, el del taoísmo está también bastante cerca del zen.

Juan, ya más allá del chascarrillo,  hablamos de el libro del yoga pero este yoga del que tú hablas se aleja bastante seguramente de la imagen que tengan en su mente la gente que nos está escuchando, de la imagen de lo que hayan practicado como yoga en occidente la mayoría de los escaladores y escaladoras que nos están escuchando, porque este yoga occidental se queda con una pequeñita parte de lo que hablas tú como el yoga, como la filosofía del yoga, ¿puedes ahondar un poquito más ahí y poner un marco, un contexto sobre lo que vamos a hablar?

Si, el yoga de este libro va sobre el dominio de la mente, que es un camino de vuelta, el camino de vuelta hacia la naturaleza propia, que es básicamente la paz mental, lo que estábamos diciendo. ¿Por qué es un camino de vuelta? Porque lo que nos roba la paz mental es básicamente los condicionamientos que tenemos. Los condicionamientos son algo aprendido, capas que han ido cubriendo la mente a lo largo de la vida y, por entrar en tema de escalada, pongamos que una persona se acerca por primera vez a escalar y se sube y empieza a tener miedo a las alturas, un miedo que quizá sea un recuerdo de los miedos de su abuelo que cuando se subía a un bordillo le estaba diciendo que se iba a matar. Esos son los condicionamientos que hemos ido aprendiendo a lo largo de la vida y necesitamos librarnos de ellos. Algunos son condicionamientos que nos sirven para progresar pero otros no, otros nos limitan o no están adaptados a nuestro tiempo. Entonces, volviendo a lo que decías, puede que esto confronte un poco la idea que se tiene del yoga y de la escalada, porque tenemos una visión muy deportiva de ambas cosas. El yoga, aunque hayas entrado por la vía física o deportiva, cuando lo practicas te das cuenta que es mucho más pero igual desde fuera se ve como gente haciendo estiramientos o poniéndose fuerte haciendo posturas imposibles, y con la escalada igual. Ves en instagram gente escalando unas paredes impresionantes, unos movimientos estéticos… y eso llama, piensas: yo quiero hacer eso, yo estoy en forma y podría hacer eso también. Y luego te acercas y te das cuenta que es mucho más, que al final es un juego mental más que algo físico. Esa es la idea entonces, trascender un poco el aspecto físico de ambas cosas y llevarlo a este plano filosófico del desarrollo, del dominio de la mente. 

Por traducir un poco esto que me acabas de comentar, vemos que el yoga entendido como filosofía busca liberar la mente de estos condicionantes, de estos guiones, de estos patrones que hemos aprendido, de estos obstáculos que tenemos en la mente que no nos permiten quizá ver y experimentar la realidad tal y como es, sino estar condicionados a esos filtros, y dentro de esta filosofía del yoga, los asanas como se le llama en sánscrito son una pequeña parte, la práctica física es una pequeña parte y el yoga como filosofía es mucho más grande. Aquí la metáfora que dabas tú es el que el yoga es un gran árbol lleno de frutos y si en ese árbol te sientas debajo y dices, uy, qué a gustito que se está, da una sombra de puta madre, pues eso sería la práctica física, pero si luego eres capaz de darte cuenta que ese árbol también da unos frutos increíbles que te los puedes comer, que además tiene una biodiversidad enorme, que tiene pájaros, que tiene animales, pues lo puedes experimentar de una forma más profunda, ¿no? ¿Estaríamos bien ahí?

Al final la práctica física es importante pero sólo una parte. No se puede pensar en el yoga como sólo posturas. La práctica física tiene su momento pero es más bien un paso casi introductorio a lo demás.

Yamas y Niyamas

Pues vamos a seguir ahondando en este libro. Vemos que en la filosofía del yoga hay ocho pasos, y los primeros dos son los códigos morales, los yamas y los niyamas, que para la persona como yo que está alejado de este contexto y son conceptos de hace unos cuantos miles de años, una simple traducción al castellano se nos puede hacer compleja y alejada de la realidad. ¿Cómo traducirías estos puntos de partida, éstos códigos morales, al mundo de la escalada, al mundo nuestro?

Digamos que són los códigos éticos, los mandamientos, la puerta de entrada hacia cualquier práctica consciente digamos, lo llamé metafóricamente como las zapatillas de aproximación, como lo que tienes que llevar para empezar a hacer el trabajo. Podemos decir, por ejemplo, si vas a escalar y no respetas las regulaciones de la nidificación o se te vuela el papel de la barrilla y no haces por recogerlo, o estás todo el tiempo comparándote con los demás e intentando hacer los proyectos de otras personas o engañarles con respecto a lo que están haciendo o lo que tú haces, como inflarte el ego, todo eso, entonces eso sería romper los códigos éticos de la escalada o de cualquier otra cosa. Entonces, si en lo más básico ya estás fallando, difícilmente vas a poder progresar. Quizá ya la escalada, la roca, te hace humilde y te pone en tu sitio pero si no contemplas estos códigos éticos, que sin entrar en gran profundidad en ellos, hablan del contentamiento, de la no violencia, de no dañar el espacio, no codiciar lo ajeno, etc. Si no contemplas lo básico, difícilmente podrías hacer un trabajo superior, digamos que ya la base te hace un poco aguas. No tienes el enfoque correcto para hacer un trabajo de crecimiento. Puede que poco a poco la roca te vaya limando y te vaya metiendo en el sitio de poder hacerlo, o simplemente puedes ir cuatro o cinco domingos y luego rebotar y acabar vendiendo el arnés en wallapop al año. Al final la escalada ya tiene sus propios códigos éticos todo el tiempo, que es lo que elaboro en el libro, la correspondencia entre los códigos de la escalada y los códigos establecidos por el yoga. 

Como tenemos tiempo, vamos si quieres a profundizar en los niyamas, que me parecen muy interesantes. ¿Cuáles son y cómo los podemos traducir a nuestro contexto?

Para empezar, un pequeño apunte sobre los yamas es que parecen como restricciones, sobre no hacer ésto o no hacer lo otro. Son límites y estábamos hablando de que queremos superar los límites, ¿qué sentido tiene? Al final la cuestión es ¿quién pone los límites? ¿Con qué criterio se ponen los límites? Hay veces que hay que poner límites. Poner los límites con un criterio sería quedarte descansando cuando lo necesitas después de tres días escalando, esto sería ahimsa, no ejercer violencia sobre ti mismo. Sin embargo, un límite puesto por el ego es cuando te da pereza escalar y te quedas en casa, en el sofá viendo la serie de turno. Esa es la diferencia entre un límite con criterio y un límite que te lo pone la mente inferior o el ego. 

Y bueno, los niyamas como decías son ya para purificar un poco más nuestras tendencias. Son muy interesantes. Saucha, que es la limpieza, se refiere tanto a la limpieza del cuerpo como a la limpieza de la mente. Intentar contrarrestar pensamientos, ya no negativos porque son inevitables, sino pensamientos que no se alinean con nuestro objetivo, ¿para qué voy a estar pensando en que esa vía es dura? Vale, pero piénsalo como un reto, dale un nuevo enfoque. Tú puedes hacer ese enfoque de purificar la mente de cosas que no te llevan a donde quieres ir. Santosha, también muy interesante. El contentamiento, la base de la felicidad. Si no codicias lo ajeno, si no persigues lo que no tienes, etc. Por poner un ejemplo de escalada, si tienes tu proyecto y estás ahí dándole pegues y luego viene alguien y se pone el de al lado y en seguida quieres ponerte también en el suyo porque te parece que está mejor… Si estuvieras contento con lo que tienes y con lo que estás haciendo no necesitarías ir detrás de tantas cosas. El siguiente es Tapas, uno de mis preferidos y uno de los más interesantes, también desde la perspectiva de la escalada. Porque tapas se ha traducido muchas veces como austeridad o disciplina, además de una traducción algo más metafórica que es “purificación por el fuego”. Esto sería donde quemas tus impurezas, donde quemas tus límites. Dirigirse a la incomodidad, como ya hemos hablado en el podcast anterior. Si ves que tienes un límite, que algo te da miedo, crees que no sabes, este paso me cuesta mucho trabajo… ese es tú camino, tendrías que dirigirte hacia eso y tener la disciplina de trabajar eso. Así estarías quemando tu límite, dirigiéndote hacia él, de otra manera siempre será un límite, un condicionamiento. 

Este es un principio muy estoico…

Sí, al final todos hablan de lo mismo. Además, donde coinciden se vislumbra una verdad mayor. Ése es el trabajo que he intentado hacer en los libros, no quedarme tanto en la forma sino buscar las coincidencias y la verdad contrastada, porque la verdad siempre es subjetiva pero si está en varios lugares, en varias filosofías que difieren miles de años y miles de kilómetros… Bueno, hay gente que sostiene que los estoicos sabían bastante de yoga por algunas influencias que habían tenido, pero bueno, ese es otro argumento en el que no estoy muy versado…

(risas) yo tampoco, pero bueno, no deja de ser curioso, que coincidan de esta forma en un principio tan fundamental. Y algo tan aplicable a la escalada.

Todas coinciden y bueno, eso que decía que se traduce como austeridad es quizá porque era la forma que tenían de llevarse al límite. Ser austero, comer menos, tener menos comodidades, etc. Esa era su forma de quemar límites. Lo que hacían los estoicos: Tengo miedo de pasar frío, pues voy en pantalón corto en invierno. Llevado a este tema de la escalada lo tenemos más fácil, porque es muy fácil encontrarnos con nuestros límites y no tenemos que ayunar o ir pasando frío pero en la escalada encontramos muchas formas de llegar al límite, siempre con seguridad obviamente, pero siempre buscando ese punto donde la mente te dice no puedes, esto no es así… 

Tan sencillo como ir al sector con gente delante y meterse en un tipo de escalada que no se dé tan bien…

Claro, ahí se enfrentan muchos límites, porque la gente delante ya te pone contra tu límite de la búsqueda de la validación externa y luego tu límite de que ese tipo de escalada no se te da bien (en tu mente)… Es fácil de encontrar los límites y trabajarlos si ponemos la intención…

Si seguimos con los niyamas, el siguiente sería svadhyaya, el estudio de uno mismo. O del Uno Mismo, la esencia propia de cada uno. Sería leer un libro de este tipo, de filosofía, de algo que hable de tu verdadera esencia, de tu mente, de cómo funciona. Se puede hacer este estudio de uno mismo en la roca como estábamos diciendo, si vas a la vía que te cuesta y pones un poco de intención en hacer este estudio, puedes llegar a aprender muchas cosas. Hay veces que no, que haces las cosas automáticamente y te pasan cosas por la mente, reacciones y no estás en el momento de observarlas, y estás condenado a repetirlas.

Yo una de las cosas que siempre le digo a los alumnos es que tengan una intención clara en cada pegue y ésta no siempre va a ser la misma y no siempre va a ir alineada con un objetivo pero hay que darle trabajo a la mente, porque si no la mente trabaja igualmente pero trabaja en cualquier cosa y normalmente no es productiva, no va para que tú mejores, no va para que tú disfrutes. Bueno, puede ser simplemente una distracción estúpida pero normalmente juega en tu contra, lo que quiere es que hagas el menor esfuerzo posible ¿no? Entonces, dale una intención a ese pegue, ya sea una mejora técnica, ya sea trabajar en la respiración o en los reposos, ya sea la activación previa a un movimiento duro, lo que sea pero hay que tener una intención en el pegue, qué es lo que queremos aprender, qué es lo que queremos mejorar y bueno, esto va muy hilado a este precepto. Puede ser nuestra intención poner atención a nuestro diálogo interno, a qué es lo que está ocurriendo en mi mente, puede que no necesites ni siquiera interferir con eso y simplemente el mero hecho de ponerle atención ya sucede como en los principios de la física cuántica. El hecho de poner atención ya modifica el resultado. 

La historia es esa, si tú pones el criterio con el que vas a hacer algo vas a dirigir todo hacia eso. Si tú pones tu intención, como decías, no sé, en colocar mejor los pies, pues ya no dejas que tu mente se vaya a qué mal tengo los pies, sino que ya la tienes enfocada en eso y al final esa es la esencia, poner la atención en lo que estás haciendo y al final el logro deportivo será una consecuencia de eso. Si pones la intención directamente en encadenar, vas a tener muchos condicionamientos y muchas expectativas que te van a hacer un poco tambalearte o ponerte más nervioso. Sin embargo si pones la intención en el proceso en cómo mejorar cada paso, cada parte de la vía, pues al final el logro vendrá casi como una consecuencia digamos.

De eso hablaba precisamente en el último podcast de Origen. Me alejo un poco de aquí pero creo que viene al hilo. Está claro eso que acabas de decir y cualquiera que lo haya intentado lo ha debido experimentar. Si tu única intención en un pegue es el resultado, chapar la cadena, lo más normal es que tengas muchísimos nervios y que no escales de la forma más fluida. Si tu intención está en prestar atención a tu movimiento y a tu escalada, posiblemente lo consigas hacer mejor. Pero de la misma forma, si no tenemos previamente una intención de superar nuestros límites y llegar hacia esa meta en un momento dado, pues no lo haremos. Yo creo que la gracia está en dónde ponemos la intención en qué momento. Por supuesto que si estás ahí y estás debajo de esa vía quieres encadenar y quieres superarte y eso para mí tiene un valor y es fantástico, la cuestión es ¿qué hacemos con nuestra mente mientras estamos subiendo? 

Claro. Dices que esto se va de la cuestión pero no se va para nada, además podríamos hilarlo con el último niyama, isvarapranidhana. Popularmente se conoce como la entrega a dios, la entrega a algo superior, a un propósito superior. Para mí, para mi adaptación es como la entrega a la acción, entregarse a la actividad, sin expectativas, con desapego por el resultado, lo que estábamos hablando ahora mismo. Hacer lo que tienes que hacer en cada momento, sin buscar nada a cambio, casi como un sacrificio a algo superior. Yo hago la vía y me entrego a ella, a cada paso, a cada experiencia, a cada cosa que tengo que aprender, a cada movimiento que aprender a hacer, a cada técnica, etc. Desapegarse de las expectativas, del resultado y entregarse a lo que estás haciendo, a la experiencia y a tu crecimiento, a tu trabajo en la roca.

Aquí volvemos de nuevo a hilar con el estoicismo en cuanto a poner la atención a lo que está en tu mano. Yo es como lo vivo, como lo creo. Yo vengo desde la perspectiva contraria, me pregunto ¿cómo puedo aprovechar todas estas filosofías, el potencial de mi mente, para ayudarme a mi fin? Mi fin en concreto no es encadenar, mi fin es la maestría en la escalada, y cada uno pues tendrá el suyo pero yo quiero ser capaz de escalar cada vez mejor y entender mejor a mi cuerpo y poder fluir por vías más increíbles y espectaculares en un sitio o en otro, y para eso pues bueno, me valgo de todas estas herramientas y me encuentro con un campo de juego maravilloso para cultivar mi mente. Y en este caso, cuando yo me pongo debajo de mi proyecto, en el cual en este momento llevo sesenta y pico pegues y estoy muy cerquita de llegar ya a la consecución y me ato la cuerda… tengo en mi cabeza que quiero subir ahí, una vez más, porque quiero llegar a esta meta en algún momento. Lo que pasa que esta meta no es el fin, ya te digo que para mí el fin es la maestría, si no la encadeno en este pegue pues será porque hay cosas que me faltan todavía o porque ha habido mala suerte. Pero sí que tengo unas expectativas en cuanto a lo que quiero que pase. La diferencia es que cuando yo entro a la vía, agarro el primer canto y levanto los pies del suelo, es como dice este precepto… yo he hecho lo que tenía que hacer y ahora me entrego a que sea “lo que dios quiera”, como habla este precepto. Yo he puesto la atención a las cosas que están en mi mano, he intentado dormir bien, me he preparado, he comido lo que consideraba que tenía que comer, he hecho un buen calentamiento, le he dado un montón de pegues de trabajo a la vía, y ahora voy a intentar sacar mi máximo rendimiento y para eso lo que está en mi mano es poner atención al movimiento, poner atención a la respiración, al ritmo con el que escalo… Entonces no puedo tener la atención en el resultado, en la cadena, porque si no no voy a ser capaz de hacerlo. Pero siempre hay una dualidad, yo creo que tiene que existir también ese resultado. A mí no me vale entregarme totalmente a ese camino. Ese camino llega a algún sitio y yo quiero llegar a ese sitio. Entonces, para eso utilizo estas herramientas, para eso intento mejorar mis habilidades mentales.

Sí, está claro que hay que tener un propósito, una intención, y un objetivo tangible ¿no? Eso es bastante útil para la mente sobre todo, pero no hay que poner excesivamente el foco en eso porque ¿qué va a pasar cuando encadenes tu vía, tu proyecto de los sesenta pegues? Que vas a buscar otra más dura todavía y le vas a tener que dar otros setenta u ochenta, entonces, todo el tiempo vas a estar en un proceso de intentar, como tu decías, ganar maestría con la escalada, por lo que la cuestión es esa, no generarse expectativas que te creen sufrimiento…

Ahí está la clave…

Tú te puedes dirigir hacia tu vía pero no es lo mismo dirigirse pensando, cuando llevas treinta pegues decir “joder esto es una mierda”, “esto no puedo”, y hacer los otros treinta pegues sufriendo, es diferente que hacer los pegues entregandote a la experiencia y al proceso, y a lo que estábamos hablando, porque al final es lo único que hay. Luego cuando la encadenes ¿qué va a pasar? Que igual te tiras una semana sin escalar, porque estás reventado y sientes una liberación, o empiezas a escalar vías más de ese mismo grado, vas como asentando, pero luego te vas a meter en otra que sea como un puntillo más y vas a empezar de nuevo el mismo proceso. Si vas a estar viviendo todo el tiempo en ese proceso, pues más te vale que lo disfrutes y que tengas la mejor actitud posible.

Ahí quería yo llegar, en el proceso vamos a vivir si nos gusta esto. Y éste es un proceso en el que lo que predomina es el fallo, visto desde una perspectiva occidental, capitalista… No predomina el éxito en la escalada, en esos sesenta o setenta pegues, los que yo necesite para terminar de encadenar esta vía, el pegue en el que yo encadeno es solo uno de esos otros muchos. La cuestión no es que yo no tenga la intención de llegar a ese uno sino que, esos setenta que vienen antes, sean momentos en los que yo disfruto, en los que yo aprendo, en los que estoy haciendo lo que realmente quiero hacer, estoy realizando el trabajo. No veo problema a que haya una intención a decir: oye pues yo quiero llegar a este punto y después de este punto querré llegar a otro punto. Fantástico. La cuestión es, en ese camino en el que estoy, ¿qué es lo que estoy haciendo? ¿Cómo lo estoy viviendo? ¿Qué partido le estoy sacando a ese camino? Si yo simplemente vivo proyectado en ese punto que además es efímero, tú hablas de una semana pero normalmente no es una semana (risas) normalmente te bajas, lo celebras con los colegas y en media hora estás en otra cosa y dices, buah puedo llevar aquí meses. Y la mente de repente hace ¡plop!, ya está. Hay muchos momentos de decir ¡wow! estoy progresando, estoy llegando a comprender mi cuerpo mejor, este movimiento que antes no me salía ahora me sale. Entonces cuando alguien se mete en algo extraordinariamente complejo, lo que tienes es una inmensa oportunidad de sacar muchas pequeñas mejoras. Cuando te metes en algo que te exige poquito, pues tienes mucho menos margen de mejora.

Claro, lo que decían los estoicos también, Marco Aurelio: el obstáculo es el camino. Si te metes en algo duro y fallas, es lo que te está indicando por dónde tienes que ir para mejorar. Ese camino que te señala puede ser que te falta integrar un movimiento o puede ser que tu mente te dice que te vas a caer y estás tengo o que tienes miedo del aleje entre las chapas, ése es el trabajo al final. 

Recapitulación Yama y Niyama

Aquí en el libro tienes una pequeña recapitulación que pone en contexto con una historieta a estos principios de los cuáles hemos hablado, algunos los hemos tocado otros menos, si te parece bien lo voy a leer. Tardamos un par de minutos y luego seguimos con más contenido.

“Un escalador sale hacia su sector preferido de escalada con la intención de ejercitar su mente y su cuerpo en la roca, para practicar su capacidad para mantener la calma mental en toda situación.

Para tal fin ha elegido un proyecto que le resulta ligeramente incómodo, algo superior a sus capacidades pero que cree que le servirá para disciplinarse a sí mismo y crecer (tapas, autodisciplina/desafiar al ego). Buscará encadenarlo como culminación del camino, pero se entregará a cada una de las experiencias que le traiga el proceso (ishvarapranidhana, entrega de la acción). De esta forma encontrará regocijo en lo que el presente le traiga, sin formarse grandes expectativas y enfocándose en la plenitud de la experiencia (santosha, contentamiento). Tomará buena nota de cada lección que la roca le pueda dar sobre sí mismo, sobre su naturaleza, sobre sus miedos, sus condicionamientos, sus proyecciones, etc. (svadhyaya, estudio de uno mismo). Y, a pesar de que surgirán situaciones que puedan herir a su ego y provocar reacciones emocionales, intentará mantener su mente siempre limpia de las emociones negativas que puedan ensuciar su experiencia (saucha, limpieza/pureza).

Al fin y al cabo, está ahí acariciando rocas para hacer su trabajo interior. No puede permitirse dispersar sus energías dejando que cualquier influencia exterior le desvíe. Por fuertes que sean las distracciones o las tentaciones de impresionar a los demás, no siempre es el momento (brahmacharya, autocontrol/moderación). Debe mantener el foco en sí mismo, en su interior, sin compararse con los demás o codiciar el recorrido ajeno. Qué más da que estés haciendo tu trabajo en una vía de más o menos grado que otra persona (aparigraha, no codiciar). Cada uno tiene que tomar lo que le es dado en cada momento, lo que está a su disposición. No debe dispersarse intentando acaparar los proyectos de otras personas ni negar el espacio que los demás necesitan para hacer su trabajo. Asegurar a otra persona cuando te toque, respetar el derecho de uso de un espacio en común entre pares y con el resto de especies (asteya, no acumular/acaparar).

Porque la roca es algo tan grande y maravilloso que cualquier persona debería tener acceso a hacer su “trabajo” en ella. Por lo tanto, es también parte de nuestro trabajo apoyar a cada persona que tenga la intención de crecer proveyendo información veraz y correcta, útil y objetiva.  Por ejemplo, sobre los grados, sin engañar a los demás y a nosotros mismos (para inflar nuestro ego) con respecto a la dificultad de las vías (satya, veracidad/honestidad). Todo se ha de asentar sobre el respeto mutuo, el respeto al medio natural y el respeto a uno mismo y al desarrollo armónico del crecimiento interior, sin forzar a nada ni a nadie, y menos a nosotros mismos (ahimsa, no violencia).”

Bueno, este sería el relato de un escalador que va a realizar un proyecto rigiéndose por éstos principios, estos yamas y niyamas. Esto es cómo utilizamos la escalada como vehículo para cultivar nuestra mente, sin embargo, a mí lo que me parece más interesante es que, utilizando éstos principios, cultivando nuestra mente también mejoramos nuestra escalada. Éste es el enfoque que yo le estoy intentando dar desde el principio de la charla que, de una forma muy sencilla, podemos revertir la ecuación, y decir, bueno no sólo podemos utilizar la escalada como un vehículo de desarrollo personal y espiritual sino que podemos utilizar este vehículo de desarrollo personal y espiritual para mejorar nuestra escalada.

Escalada y dominio de la mente

Claro, es totalmente reversible, puedes enfocarte en mejorar tu escalada y mejorando tu escalada puedes mejorar tu dominio de la mente…. o puedes mejorar tu dominio de la mente usando la escalada. Las dos partes, cada uno se puede acercar como quiera a ella. Como tú decías, tú te acercas porque quieres mejorar tu escalada y descubres que necesitas mejorar tu dominio de la mente y hay gente que se acerca al yoga o a la escalada porque quiere ese desarrollo, esa paz mental que te provee dominar la mente porque, como ya decíamos también en el anterior podcast, al final el dominio de la mente es algo que va siempre contigo. Puedes aprender a dominar la mente, a mantener la serenidad en un paso difícil en la vía, y esa habilidad de gestionar esa incomodidad, de dominar tu mente, te la llevas puesta, la puedes aplicar a cualquier otra cosa. Entonces luego en el trabajo, en la calle, con una persona, con tu pareja o lo que sea, igual puede manejar mejor la situación. 

Te la llevas puesta al igual que te llevas puesto tu patrón de comportamiento o tu condicionamiento negativo frente a una circunstancia o un estrés, de la misma forma todo se refleja.

Eso es también interesante, porque la escalada sirve para detectar esos patrones. Esa es la historia también de esto, de svadhyaya y todo eso. Sirve para darte cuenta que tienes unos patrones que tendrías que mejorar. Por ejemplo, si te subes a una vía, le das tres pegues y te vas enfurruñado y diciendo que es una mierda, igual te puedes dar cuenta que tienes poca tolerancia a la frustración. Y eso no te habías dado cuenta antes, pero eso te pasaba en cuanto alguien te cambiaba los planes…

Ojalá te pudieras dar cuenta…

Ojalá te puedas dar cuenta, claro, porque eso es algo que nos pasa a bastantes personas, que tenemos baja tolerancia a la frustración y es algo que tenemos que trabajar casi todo el mundo, y bueno, si te das cuenta que tienes esa baja tolerancia y lo trabajas pues a lo mejor cuando un día justo tenías el plan de irte de viaje y hace mal tiempo o te deja tirado el coche, pues a lo mejor no formas un taco, porque ya tienes un poco dominada esa parte de ti, ese patrón de comportamiento, que has descubierto a través de la escalada.

Buenísimo. Yo estoy haciendo mucha incidencia en esto porque la gente que nos va a escuchar va a venir desde mi terreno, un poco así no, osea, son escaladores que quizá escuchen este podcast y le interese mucho lo que yo digo o esto se le escape totalmente y hayan cerrado esta charla hace rato (risas) pero que su objetivo principal sería mejorar en la escalada, disfrutar más de la escalada, sacarle más partido ¿no? Y de repente se encuentran con que esta escalada, vista desde otro enfoque les puede aportar grandes beneficios, tanto para sí misma como para lo que se llevan en la vida diaria. Y va a ser difícil que te encuentres a alguien en este contexto de este podcast que nos escuche y diga, “ah, joder, que beneficios tan cojonudos para el desarrollo espiritual y personal tiene la escalada, voy a empezar a practicarla”. Entonces, mi intención con esto es siempre ir hilando que esto es un camino bidireccional, como bien decías al principio. Por eso te estoy dando tanto la chapa (risas).

Está perfecto porque estamos complementando mucho mejor el argumento. Esto ha sido en lo que yo he basado todos los libros, en hacer ver cómo se pueden aplicar estos conceptos a gente que practica escalada. 

Hasta aquí la primera parte de la entrevista, la semana que viene terminamos la charla con otra hora en la que seguiremos explorando en profundidad muchos más conceptos adaptables de esta filosofía.

Puedes escuchar la segunda parte en este enlace, o seguir leyendo

Asana

Bueno Juan, tenemos los dos primeros pasos y vamos un poco a seguir con la chicha, vamos a la parte física, a los asanas. Y aquí sacas una serie de paralelismos entre lo que serían las posturas del yoga y las posturas de la escalada que la verdad que me han resultado super interesantes. ¿Cómo entenderíamos estos asanas dentro del contexto de la escalada?

Asana significa postura simplemente, y lo que dicen los Yoga Sutras de Patanjali, que es en lo que está basado todo el libro, dicen que el asana es la postura firme y cómoda, y entonces esto yo lo he interpretado como la capacidad de estar cómodo en cualquier situación. Entonces, ejercitamos el cuerpo para poder estar cómodo. ¿Cómo podría explicar esto? En el libro lo desarrollo bastante y aquí es algo más difícil de explicar y quiero decirlo bien. Básicamente si tu te sientas a meditar en una postura de meditación con las piernas cruzadas o en una silla incluso, a los dos minutos te va a empezar a doler todo el cuerpo, vas a notar todas las rigideces del cuerpo, entonces eso te va a hacer obstáculo, no te vas a poder concentrar. Los yogis lo que hicieron fue desarrollar una práctica de asanas para poder encontrar la forma en que se sentasen cómodamente y firmemente y poder seguir haciendo el resto del trabajo, de la atención, la meditación, concentración. Entonces, ¿en escalada cómo se aplicaría ésto? Cuando tú estás escalando tienes que buscar la forma de hacer la postura estable y cómoda en cada momento, en cada reposo. Un reposo de escalada podría considerarse un asana. En ese asana tendrías que mejorar tu capacidad de hacer cómoda esa postura. Una vez que ya te encuentras cómodo en ese reposo, podrías seguir con los siguientes pasos, sea del yoga o sea con los siguiente pasos de la vía, visualizando los siguientes pasos. Si es con los siguientes pasos del yoga, una vez que estás cómodo en el reposo, podrías empezar a controlar un poco mejor la respiración, a llevar más la atención a lo que estás haciendo si se ha dispersado un poco por los pasos anteriores… Y si es en los siguientes pasos de la vía, pues al estar cómodo y no estar pendiente de cuánto se me está cargando el brazo o el pie se me está resbalando, puedes empezar a pensar y visualizar los siguientes movimientos, localizar la siguiente chapa… Sería trascender la incomodidad, que es hacia dónde van también las posturas de yoga, hacer que las posturas sean algo que te permite ser flexible y fluido para poder adaptarte a cualquier situación. Y en la escalada igual. Creo que lo he dicho bien (risas).

Aquí esto me ha encantado Juan, que cualquiera de las decenas de personas que han trabajado conmigo en las formaciones que yo doy, una de las grandes herramientas en las que focalizo gran parte del contenido de la formación es qué hacer con tu mente y con tu cuerpo en la escalada. Y en esto, pues la gran herramienta es qué hacer con tu mente y con tu cuerpo cuando llegas a un reposo. ¿Qué trabajo le damos a la mente cuando llegamos a un reposo? Y, ¿Cuándo hago los reposos? Esto es algo a lo que la mayoría de los principiantes no han llegado a comprender, ellos escalan y reposan todo el rato, entonces intentan reposar donde la vía te pide fluir e interrumpen la escalada derrochando energía, y viceversa, llegan a un sitio en el que podrían reposar y salen corriendo porque piensan que no están cansados, y yo lo que intento predicar es lo contrario; hay momentos de escalar rápido, escalar con ritmo y fluidez, y hay momentos de reposar, sean más o menos incómodos. Y en esos momentos de reposar hay que darle un trabajo a tu mente, y el trabajo yo lo explico como un guión, o una serie de patrones neuro asociativos, que quiero que se trabajen de forma explícita para que luego vengan de forma implícita en los cuáles practicamos la respiración, la relajación, tenemos una mirada amplia, cambiamos el foco, realizamos una estrategia de lo que queremos que venga y después tomamos una decisión sobre si continuamos o no continuamos, si aceptamos los riesgos que vienen o no, y por último, pues empezamos a fluir. Esto tú lo has llamado “asana”, ese momento de reposo es un asana, y realmente el momento de trabajo mental que se realiza desde el asana es el trabajo mental que yo estoy explicando, entonces me ha gustado mucho ese paralelismo. Y luego, la parte de fluidez y de escalada entre un reposo y el siguiente es el vinyasa ¿no? Es fantástico. Y estos reposos pueden ser totalmente cómodos, pueden ser una postura fantástica, puede ser estar de pie o incluso sentado en una repisa, o puede ser tremendamente exigente y demandante como conseguir bajar las pulsaciones en una regleta de dieciocho milímetros cuando llevas veinticuatro pasos dados y estás prácticamente a punto de caerte, pero si no lo haces eres incapaz de seguir. La verdad que a mí me ha resultado súper bonito este paralelismo, esta metáfora, esta forma de entender el conjunto de la escalada visto desde el punto de vista de la práctica del yoga, de la práctica física del yoga y de la dualidad entre ese movimiento y esa postura en la que hacemos un trabajo. ¿Cuál es el objetivo de los yogis con los asanas?

Ellos querían simplemente buscar la forma con las piernas cruzadas sin que te tire hasta el último músculo desde el minuto uno, y entonces poder concentrarte en lo que de verdad quieres, en tu mente, en dejar ir los pensamientos. Que el cuerpo deje de hacerte obstáculo. Tampoco quisiera simplificar demasiado el tema de los asanas del yoga porque es algo a lo que le tengo mucho respeto y claro, las asanas también tienen sus beneficios físicos más allá de eso, sirven para favorecer procesos fisiológicos, tienen su mitología, y tienen mucho más de lo que aquí se está hablando obviamente. Pero este ángulo me pareció muy interesante y creo que daba nueva perspectiva al tema tanto desde la escalada como desde el yoga y, bueno, al final la cuestión de este libro era eso, hacer comprender el yoga a un escalador, por lo que parece adecuado este paralelismo entre una postura de yoga y un reposo de escalada. La postura de yoga es una que te lleva un poco al límite y trabajas para trascender estos límites del tipo esto es cómodo o incómodo, esta regleta es buena o mala… y luego el vinyasa es la transición entre asanas. Al final la escalada es un reposo, una acción, digamos una transición, hasta otro reposo. Este puede ser más largo o más corto, reposo mejor o peor, por más tiempo o menos… al igual que en yoga, las asanas tienen sus tiempos, sus respiraciones, depende del tipo de asanas que estés haciendo, y las transiciones tienen también sus tiempos igual.

Claro, en una transición el equilibrio no tiene por qué ser estático. Si quieres parar en mitad de una transición o hacer estático un dinámico, pues vas a derrochar un montón de energía. Bien Juan, aquí en esta parte de la práctica física hablas de un concepto que son los pares opuestos y las interferencias que tienen, ¿qué son éstos conceptos, que son estos pares opuestos?

Los pares opuestos vienen directamente de los Yoga Sutras, que dice que cuando dominas la postura los pares de opuestos dejan de perturbar. Entonces cuando tú dominas la postura estás a gusto, cómodo, firme, estable en la postura… los pares de opuestos, que serían lo que acabo de decir antes también, esto es bueno, esto es malo, esto me sirve y esto no, puedo/ no puedo… esas dualidades. Entonces cuando trasciendes eso no estás pensando en eso, no juzgas la realidad, simplemente estás haciendo tu descanso, tu reposo, tu trabajo… pero no estás pensando si esto es bueno o esto es malo, si esta regleta es buena o es mala; simplemente la estás cogiendo y la estás usando para tu propósito. Trascender ese ego que tiende a juzgar la realidad en base a sus concepciones. Un ejemplo sería cuando tienes un grado asentado, digamos que escalas 6b y te metes en un quinto, y ahí te das cuenta que no te molestan los pares de opuestos, nada es malo. En ese nivel has trascendido esa dualidad, cualquier reposo es bueno… Ese sería un poco el ejemplo, por ponerlo en contexto escalador de nuevo.

Sí, ya no es bueno ni es malo, es un reposo y es lo que es. Es como cuando hablábamos en el estoicismo (entrevista anterior) de intentar explicarle la vía a un escalador mucho más fuerte que tú. No le hablas de si el reposo es bueno o es malo, si el bidedo es bueno o es malo, le dices un bidedo y ya está, o un agujero ligeramente tendido hacia abajo. En este caso hay una cosa que me resulta interesante. Estás hablando de que cuando la postura, el asana, es estable se trascienden esos pares de opuestos y tú has hecho el paralelismo a una vía que está por debajo de tu grado pero, y si es una vía que está en tu grado, y si es tu proyecto ¿esto tiene que ver también con el cómo aprende nuestra mente, no? Es mucho más difícil, es muy complicado cuando uno tiene que poner toda su atención a tantas cosas, a la postura, a cómo tirar de aquí o de allá, a cómo agarras… poder controlar esos condicionamientos, como dices. Sin embargo, cuando trabaja la vía, cuando uno ya empieza a encontrarse cómodo en todas esas posturas es mucho más fácil dominar la mente, es mucho más fácil no estar pensando si ésto es mejor o ésto es peor, por tanto, bueno, este es otro trabajo interesante, el sobreaprendizaje, la automatización de los conceptos, la automatización de los movimientos y de la vía, te ayuda al control de la mente…

Ese es el trabajo directamente, por eso este paso es de los primeros. Este primer paso físico, después de los “códigos éticos” yama y niyama, te prepara para poder dominar la mente, para poder hacer un trabajo con la mente. Entonces, como tú decías, si te metes en una vía más dura, primero tienes que hacer el trabajo de buscar la forma de adaptarte a la vía, de sentirte cómodo en ella. De todas formas esto es un trabajo en conjunto, no tienes que ser perfecto haciendo la vía para luego hacer el trabajo de la mente, todo es un poco gradual y simultáneo, pero esa es la cuestión.

Aquí hay algo que me parece muy interesante y es que, en mi experiencia personal, si tú te mides a dificultades pequeñitas que puedas resolver muy rápidamente, es muy difícil poner atención a las sutilezas, ya sea a las sutilezas del cuerpo o a las sutilezas de la mente, porque todo pasa muy rápido, no hay tiempo, tres o cuatro pegues, mejoras un poco la táctica o la secuencia y ya has pasado. Cuando te metes a una dificultad muy grande, a algo que te va a llevar tiempo, a algo que te va a llevar energía y dedicación, de repente, si quieres, tienes la oportunidad de empezar a trabajar con todas estas sutilezas, tienes la oportunidad de trabajar con realmente el trabajo mental, tienes la oportunidad de observar qué es lo que pasa cuando tú vas caminando al sector para darle el pegue cincuenta, cómo empieza ese ego a bombardearte constantemente con excusas para que no sea hoy el día que te vas a poner el arnés y los gatos. Tienes la oportunidad de experimentar qué es lo que pasa cuando cambias y de repente ya empiezas a escalar, qué es lo que pasa cuando una sección te cuesta muchísimo y de repente tienes que empezar a dedicar sesiones enteras a desgranar movimientos uno a uno, entonces me parece súper interesante y necesario para aquel que tenga el contexto y se lo pueda permitir, trabajar con cosas realmente difíciles, porque son las que te dan la oportunidad para descubrir qué hay más allá, cosa que en las cositas fáciles no pasa. Y, al hilo de lo que hablábamos antes, de que realmente hace falta un trabajo de la postura y un refinamiento de esos asanas para poder profundizar, eso también nos está diciendo por qué realmente es tan complicado mentalmente escalar bien a vista. Siempre es mucho más sencillo hacer ese trabajo mental cuando uno tiene la vía aprendida, cuando la parte del cuerpo va en piloto automático, que cuando hay tanta interferencia de tantos estímulos a la vez…

Claro, escalar a vista al final requiere que ya tengas integrados esos asanas. Primero que los encuentres, que encuentres los cantos adecuados, la posición adecuada y luego ya que puedas ejecutarlo bien.

Sí, incluso si no son los adecuados, si esa es la maravilla de la vista.

Sí, exactamente, los convenientes digamos.

Que seas capaz de cogerte a las cosas que hay y progresar independientemente de que tu mente sepa que no es la secuencia óptima, rendirte a ese proceso de incertidumbre totalmente.

Lo que decíamos, hacer cómodo lo incómodo. Tú vas a una vía, a vista, y encuentras la forma de reposar y hacer cómoda la incomodidad para poder seguir progresando.

Pranayama

Bueno, pues seguimos con el siguiente punto que es el pranayama. Tal y como yo lo entiendo sería el control de la energía, de la activación a través de la respiración, estableciendo una dualidad entre tu actividad mental y la respiración, y pudiéndose trabajar de forma bidireccional, ¿cómo explicarías tú esto?

Ese es un concepto clave desarrollado ahí, lo de la bidireccionalidad. Porque si tú aprendes a controlar la respiración, a relajar la respiración, y eso es algo que se puede experimentar de primera mano muy fácilmente, la mente se relaja. Pero es mucho más difícil relajar la mente. Tú llegas después de una secuencia dura a un reposo y la mente y la respiración estarán agitadas; pero tú dile a la mente que se calme y será como si le dices a alguien que se calme, alguien que no seas tú: ¡Que yo no me calmo, que me dejes tranquilo! Y claro, tu mente te dice eso, “mira lo que queda hasta la siguiente chapa y mira que vamos ya petados…” te diría de todo vamos, te insultaría casi. Sin embargo, la respiración es más fácil de controlar, aún siendo algo que tampoco es fácil. Pero si consigues estar estable en un reposo, que por eso este paso viene después de asana, y centrarte en tu respiración, algo simple, simplemente hacerla más despacio, más profunda, vas a notar como tu mente se relaja y por lo tanto tus energías se amplifican también, porque si tienes la mente relajada y tu cuerpo se relaja, el presupuesto energético que tienes para la vía es mayor que si no rompes esas tensión que has acumulado antes del reposo. Eso sería un poco el resumen de esto.

¿Y si tenemos interés en aprender técnicas de pranayama que podamos aplicar a la escalada por dónde podríamos empezar?

Esa es una buena cuestión, yo no he querido entrar en las técnicas porque bueno, yo tengo las mías y sugiero algunas como la más básica que es la que yo más aplico y funciona bien, es simplemente inspirar cuatro segundos, retener cuatro segundos, expirar cuatro segundos, retener cuatro segundos, y volver a repetir. Y vamos, si lo quiere probar cualquier persona, con que hagas ese ciclo tres veces vas a notar que hay una diferencia en tu estado mental. Al final tanto el yoga como la escalada son muy experienciales, cada uno tiene que experimentar por sí mismo. Yo te puedo decir una técnica, o puedes ver algunas por internet, o te lo puede enseñar un maestro, un yogui, pero al final tú tienes que probar tu propio camino y experimentarlo para saber cuáles son las que te vienen mejor a tí y para saber cuáles te van mejor en cada situación. Realmente se podría escribir un libro solo de esto pero yo en principio sugiero que cada uno experimente con su propio cuerpo, en la medida que se lo permita, en un reposo cómodo que esté en una vía que le permita experimentar.

Sí, yo creo que es más interesante aún hacerlo en un reposo incómodo. Porque en un reposo cómodo es fácil, bueno habrá que empezar por un reposo cómodo pero pasar a experimentar que puede pasar con tu mente y tu respiración en un sitio en el que no te encuentras del todo bien ¿no?

Sí, he sugerido hacerlo en una vía cómoda por empezar a notar los beneficios, para ver lo que te funciona, pero obviamente más beneficios va a tener cuando estés incómodo. A más agitación más beneficio tendrá relajar la mente. Si no estás muy agitado no vas a notar mucho la sutil diferencia en el estado mental. Si lo haces en algo incómodo, que vienes de una secuencia dura, pues vas a notar más la diferencia y trabajarlo mejor.

Estupendo, nada, a empezar por el solo integral en roca descompuesta (risas)

Mejor no (risas)

Pratyahara

Bueno Juan, el siguiente paso, Pratyahara, serían los sentidos, un poco así como hablar de la atención, de seleccionar qué estímulos sensoriales son importantes y basar tu actividad mental, tu actividad psicológica en ellos, de discernir, configurar cómo quieres que tu mente filtre. A mí me parece algo crucial, ¿cómo lo vemos desde el punto de vista del yoga?

Al final es cuestión de dominar los sentidos, sería el control de los sentidos. Los sentidos son como las puertas de entrada a nuestra mente, a nuestra percepción. La cuestión sería alinearlos con lo que estamos haciendo. Dentro del yoga sería como retraerse. Si estás intentando meditar o leer, pues si en la calle hay ruido de los coches o hay una obra al lado, pues tendrás que retraerte de eso y no dejar los sentidos se enzarcen con esos sonidos digamos. O si en la casa de al lado están cocinando algo rico y te llega el olor, te va a entrar hambre y te vas a querer levantar de la meditación. En escalada, pues como el propósito cambia, porque el propósito de la escalada es escalar, y encadenar o llegar al top o lo que sea, este control de los sentidos sería que éstos solo traigan información de lo que sea alinea con tu propósito. Que tu tacto te proporcione información sobre la rugosidad de la roca, que tu vista vea los siguientes pasos, este tipo de cosas… en lugar de que los sentidos te traigan cosas que no se alinean con el propósito, como puede ser la conversación que tienen los de abajo o cuánto te aprietan los pies de gato. Los sentidos tendrían que estar al servicio de la mente, no la mente al servicio de los sentidos.

¿Y cómo entrenamos ésto? Me parece crucial para la escalada, este filtrado de los sentidos, vamos a llamarlo atención, ¿cómo entrenamos esta atención para seleccionar y filtrar solo los estímulos sensoriales que nos interesan?

Bueno, en general en el yoga yo creo que no se entrena algo específicamente, es más una intención, una vigilancia constante de tu mente en la que, cuando ya has dado los anteriores pasos de los que hemos hablado, una vez que tu mente está limpia y relajada, tienes la capacidad de hacer ese trabajo, de discriminar en lo que enfocas la atención porque al final es cuestión de atención. La falta de atención es lo que nos hace fallar, generalmente. Si, por ejemplo, estoy escalando y de repente mi atención se va al aleje de las chapas, ya no estoy tan centrado en la sutileza de la grieta que estoy cogiendo, entonces ya se me fue la atención, mi vista ha hecho que en lugar de visualizar el siguiente paso estoy visualizando la siguiente chapa que está a dos metros y me da miedo. Eso me desconcentra.

Si te entiendo bien, me dices que no hay un entrenamiento específico pero hay unos pasos previos, quizá el entrenamiento o lo previo que hay para poder poner nuestra atención en lo que queramos es tener una base sólida del movimiento y de los reposos, llevar una respiración calmada y poder controlar esa mente y entonces podrás controlar esa atención ¿no? Sería algo así, si tú entras sin ninguna intención, te vas saltando los reposos, tu mente está agitada, tus pulsaciones están a tres mil por hora, va a ser muy difícil que tú seas capaz de filtrar tus estímulos sensoriales. Sin embargo, si vas haciendo todo ese trabajo de base puedes poner una capa más de sutileza encima.

Claro, cada paso te lleva al siguiente, luego como decía también antes, todos los pasos integran al anterior y todos los pasos están integrados en el mismo digamos. Entonces, la concentración, la atención, los reposos… Todos integran todos los pasos pero es como que una cosa te lleva a la otra y poco a poco tienes que ir experimentando y explorando. Empezar por decir, voy a no pensar tanto en lo fría que está la roca o en el calor que hace, entonces ahí es donde vas haciendo el trabajo consciente. 

¿Y tú puedes hacer eso? ¿Puedes intentar no pensar en algo? ¿O puedes darle a la mente el trabajo para que se focalice en otra cosa?

Buena pregunta, yo creo que hay que llenar la mente de lo que quieres llenarla para que no se llene de lo que no quieres. La historia un poco sería todo estos pasos son tendentes a vaciar la mente, pasos previos a que la mente esté vacía y simplemente estés en conexión con lo que estás haciendo, con la roca… Pero sí, quizá en este trabajo previo si conviene ese enfoque, de llenar de lo que sí quieres para que no se llene de lo que no quieres. Llenar la mente de los pasos que quieres dar para que no se llene de los miedos que tienes. Algo así.

Dharana y Dhyana

Los siguientes dos pasos y ya llegamos un poco al final de los ocho pasos, Dharana y Dhyana, pueden asimilarse a lo que llamamos “estado de flow” en la escalada o en la psicología deportiva. Es el estado en el que la atención sobre lo que estás haciendo es plena, la percepción del esfuerzo es baja porque simplemente estás ejecutando sin interferir con tus obstáculos mentales. Sin embargo no es posible acceder a este estado de forma voluntaria ¿Cómo nos ponemos en el camino para que esto ocurra?

Esto es lo que dicen estos pasos. Estos pasos te llevarían al camino para que esto ocurra. Los anteriores pasos que ya hemos dicho y los siguientes. Este del control de los sentidos te llevaría al siguiente, dharana, la concentración. La concentración sería el paso previo a la meditación, que es el paso previo al samadhi, que sería el concepto más complicado pero sí, la meditación y el samadhi sería algo así como el estado de flow que decías. Entonces, después del control de los sentidos vendría la concentración. ¿Qué es la concentración? La fijación de la mente sobre un punto. Y quizá se podría ejercitar como decías antes, con la intención que decías, “ahora quiero enfocarme en la respiración, ahora quiero concentrarme en el tacto de la roca, ahora en los pies, ahora en los reposos…” Entonces te vas concentrando en algunas cosas a lo largo de la vía, pero no es aún una concentración máxima, no es un estado de flow como decías. Es una concentración intermitente, te concentras en varias cosas, la atención va y viene y dura unos periodos de tiempo. Pero, cuando ya ejercitas la concentración, la capacidad de mantener la atención durante más tiempo en la misma cosa o en varias cosas a la vez, tipo la respiración a la vez que el tacto de la roca…, llegarías a la meditación, a dhyana, que sería cuando ya realmente la concentración se vuelve ininterrumpida y estaría entrando al vacío de la mente y solo vas haciendo cosas, integrándote con la roca, con lo que estás haciendo, con el flow que decías. 

Kleshas

Bueno, esto es fantástico. No sé si los que nos oyen lo habrán experimentado en alguna ocasión, seguramente sí, algunos en muchas y otros en pocas, para mí es algo que no es raro, pero no ocurre todos los días y desde luego que es una sensación maravillosa e invito a todos los que nos escuchan a poner en práctica todos estos pequeños pasitos que podamos hacer para que esto ocurra porque desde luego que es una de las cosas más increíbles que nos puedas pasar escalando. Antes de terminar, y justo antes de acabar el libro, nos hablas de los cinco grandes obstáculos que nos pone la mente frente a hacer nuestro trabajo, que es esta serie de pasos, esta firme intención en poner atención a qué está ocurriendo en nuestra mente y a liberarnos de esos condicionamientos, ¿cuáles son estos cinco obstáculos?

Esto lo puse al final del libro, aunque en realidad en los Yoga Sutras está al principio, pero lo puse al final porque es algo más filosófico. Estas serían las kleshas, algo así como las cosas que tiñen la mente. Estas cinco kleshas tiñen nuestra percepción y condicionan todo lo que hacemos. El primero, y la raíz de todos, es la avidya. Se traduce de muchas formas, pero la interpretación que más interesante me resulta es la del “desconocimiento de las causas”, la ignorancia de por qué pasan las cosas. En la escalada puede ser cuando estás escalando un paso que no te sale y empiezas a quejarte de que es difícil pero no estás realmente ahondando en la causa real de ese límite. Simplemente asumes que no te sale el paso y lo tomas como definitivo, y quizá la causa es simplemente que estabas cogiendo el canto que no era o cogiendo con derecha lo que tienes que coger con izquierda y luego sale mucho más fácil si lo haces de otra forma. Esto es algo muy común en nuestra vida. Ignoramos mucho sobre las causas de nuestra vida, cada cosa que nos pasa, cada cosa que configura nuestra realidad tiene una causa que probablemente desconocemos. Es muy difícil conocerlas todas obviamente, pero el trabajo se hace para eso, para empezar a conocer cuantas más causas posibles. Al final esto es lo que genera el karma también. El karma es la acción y su consecuencia. Tú haces algo y luego te viene una consecuencia más tarde, pero te viene tan tarde que olvidas que eso es consecuencia de lo otro. Es como si te metes en una vía después de haberte ido a almorzar y te has comido un bocadillo con tres cervezas y dices “es que hoy me siento pesado”. Sería algo normal sentirse pesado, pero ya se te ha olvidado que has “creado ese karma”. 

Otra de estas cosas que tiñen la mente sería el apego, tener apego a una cosa u otra, lo cual modifica nuestra percepción. Si tengo apego a un tipo de escalada, cuando venga un paso de otro tipo de escalada me producirá aversión y condicionará toda la experiencia. La cuestión de es, como decíamos anteriormente, estar por encima de los pares de opuestos. Para hacer el trabajo al final tienes que trascender los opuestos, no puedes hacer el trabajo de desarrollo espiritual, crecimiento o ganar maestría en la escalada si solo lo haces en vía fáciles o que te gustan, sin exponerte al tipo de escalada que no te gusta, por ejemplo. Sí, puedes llegar a ser un gran escalador de una cosa pero te faltaría una parte, no sería un trabajo integral. 

Asmita, la identificación con el ego. Cuando nos identificamos tanto con lo que hacemos, con nuestra película. Tú piensas que eres un gran escalador en un tipo de roca o en unas vías de tu escuela local y luego te vas a otro sitio y no eres tan buen escalador.  Pero tú estás tan lleno de tu propia movida, te identificas tanto con lo que crees que eres, que luego no te permites disfrutar de algo diferente o de crecer en otro entorno. 

Por último, faltaría abhinivesha, el miedo a la muerte. Hasta los sabios, los más yogis se autoindulgen un poco en este porque es el más difícil. En el contexto hindú, al creer en la reencarnación simplemente piensan en la muerte como una mudanza. Al final volvemos a lo de antes; sería como si tuvieras miedo de encandenar tu proyecto por si se acaba la escalada después. Digamos que se interpreta esta vida como un proceso de crecimiento y después con lo que hayas crecido te mandan a la siguiente vida, por lo que no tiene sentido tener miedo de esta mudanza. Esta mudanza sería como cuando encadenas un proyecto y después todo lo que has aprendido en el proceso te lo llevas al siguiente proyecto, a tu próxima escalada. Es complejo, pero se hace lo que se puede por hacerlo accesible (risas)

Conseguir el libro

Creo que hemos dado un buen repaso a este libro y a esta filosofía, y por mi parte no me queda más que darte las gracias por hacer este esfuerzo de traernos una capa más, una sutileza más, un prisma diferente desde el que ver la escalada, desde el que ver nuestro desarrollo como escaladores o desde el que trabajar nuestro desarrollo mental y espiritual a través de la escalada. Así que nada, a mí me parece súper interesante, espero que a los que nos escuchen, si han llegado hasta aquí, casi seguro que les ha parecido interesante, y nada, me queda preguntarte ¿dónde se puede encontrar este libro?

Se puede encontrar en la web de climbingletters.es/libreria, en Librería Desnivel y en Amazon. Poco a poco irá llegando a las librerías físicas, ya que se ha publicado hace bastante poquito.

¿Algo más que te quede por añadir?

La verdad es que hemos hecho un repaso bastante amplio, casi se ha convertido en un audiolibro (risas). En el libro se desarrolla bastante más obviamente, pero la verdad es que esta entrevista ha quedado muy completa.

Estupendo, pues nos queda otra conversación pendiente hablando sobre el libro del taoísmo, que también tiene mucha tela que cortar y ya está, lo dejamos para otra ocasión. 

Muchas gracias por dar este espacio y la ocasión de hablar de estas cosas que son un poco más complicadas para encontrarles el hueco, pero bueno, aún así creo que gracias a tus aportaciones se ha hecho bastante accesible y ha sido una conversación muy fluida. 

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