Reseña del libro – Escalantes: Escalada desde el feminismo

El libro de Escalantes canaliza a través de sus páginas una reflexión colectiva (usando testimonios que abarcan diferentes puntos de vista) sobre la escalada desde el punto de vista feminista.

En Climbing Letters, después de haber explorado en profundidad la escalada desde filosofías y corrientes como el estoicismo, el taoísmo y el yoga, nos resulta especialmente interesante esta propuesta que contribuye a visibilizar otras perspectivas que nos puedan ayudar a ir más allá de la experiencia deportiva, haciendo de la escalada algo integral, sin necesidad de limitarse solo a cuánto entrenas o cuánto grado haces.

Ya el título “Escalantes” insta a trascender la identidad de escaladora/escalador y las proyecciones que hacia ella se hacen para pasar a ser simplemente lo que siempre hemos sido: personas que escalan. No es necesario (y en ocasiones, ni siquiera beneficioso) intentar encajar en los estándares y expectativas del mundo de la escalada, tal como la competitividad, una determinada actitud, una determinada estética o incluso identificarse con el grado que escalas, entre otras muchas proyecciones que, de manera más consciente o menos, llegamos a interiorizar.

La perspectiva feminista tiene mucho que aportar a la escalada. Más allá de las luchas políticas y sociales que, siendo totalmente legítimas, han sido instrumentalizadas por unos y otros hasta el punto de generar grandes divisiones y polémicas, este libro simplemente busca mostrarnos, a través de las narrativas que expone, que otras realidades son posibles, que otra forma de vivir la escalada existe y es, además, necesaria. 

A través de sus páginas podrás conocer el poder transformador que puede llegar a tener tanto la mujer hacia la escalada como la escalada hacia la mujer. Trayéndolo al terreno filosófico característico de esta casa, e intentando trascender los discursos de género, cuando hablamos de mujer podríamos referirnos más bien a “energías femeninas”, tal como ya apuntaron hace miles de años corrientes como el hermetismo o el taoísmo (yin – yang). Estas energías no son excluyentes ni van la una en contra de la otra, sino que es deseable que se encuentren en equilibrio entre ellas, complementándose e integrándose. Además, éstas son encarnadas por todas las personas en mayor o menor medida, independientemente del género con el que se identifiquen. 

La escalada, tal como la percibimos e identificamos en nuestra sociedad actual, tiene una energía predominantemente yang o masculina. Las competiciones, lo épico, la fuerza, la velocidad, los grados y sus números subjetivos entre otros muchos ejemplos son rasgos característicos del yang. Las mujeres han demostrado con creces desenvolverse más que bien en estos ambientes si se lo proponen, pero creo que la escalada en general ganaría mucho si nos dejáramos impregnar de energías más yin, es decir, trascender estas formas burdas de reducir la escalada a encadenar un proyecto antes que fulanito para convertirlo en algo que sea parte de integral de la vida, abarcando las emociones, sensaciones, experimentar la vía y la vida, la empatía, el amor, el compartir, cuidarse, reflexionar… entre otros muchos atributos yin que se pueden encontrar en la experiencia de escalar rocas. Al igual que no se puede escalar fuerte (yang) sin una buena dieta (yin), la escalada nunca será una experiencia completa sin tener en cuenta las diferentes partes que la integran, aunque algunas sean más visibles que otras.

Gracias a la autora Maria Francisca Mas Riera por presentarnos de forma tan clara las diversas narrativas, poniendo voz y legitimando otras realidades dentro de la actividad que tanto nos gusta, contribuyendo un poco más a abrir un nuevo paradigma en el que las montañas dejen de ser el mero escenario de nuestra lucha de egos, para ser un lugar donde caben diferentes experiencias. 

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