Con los rocódromos cerrados y la prohibición de escalar en roca durante esta crisis sanitaria, los escaladores estamos que nos subimos por las paredes (literalmente).
Pero, ¿y si te propones salir de esta cuarentena más fuerte de lo que entraste? ¿Es posible?
De sobra es sabido que en los momentos de adversidad es cuando más se crece. En las vías más duras, en las peores condiciones, en los entrenamientos más fuertes… Es cuando más nos desarrollamos. Ningún mar en calma hizo experto a un marinero.
Pero, ¿qué hay de cuando enfrentamos una adversidad desconocida?
En cierta forma, la escalada es un ejercicio de ponerse frente a la adversidad y superarla. Una pared que trepar no es ni de lejos algo cómodo para nadie, solo que aprendemos a lidiar con ello y además disfrutarlo.
Pero ahora te encuentras frente a una adversidad para la que no estabas preparado. No poder escalar, no poder recrearte la vista con la belleza de las montañas, no poder ir al gimnasio, no poder pasar tiempo con tu familia de la roca o la incertidumbre entre otras cosas.
Una pequeña lista de cosas que sí puedes hacer para estimular a tu escalador interior (y futuro)
Desarrolla nuevos hábitos que te sirvan en tu escalada:
Aprovecha este periodo de retiro para imponerte y asentar nuevos hábitos que puedan beneficiar tu futura práctica.
Rituales como implementar una rutina de ejercicio físico indoor, levantarse una hora más temprano o irse a la cama una hora antes, empezar a practicar o practicar más una actividad complementaria (como yoga), mejora tu dieta, cocina platos más saludables o dedica un tiempo al día a leer e informarte más sobre cualquier aspecto relacionado con la escala, tipo los aspectos mentales y mecanismos psicológicos que intervienen.
Trabaja para romper tus limitaciones:
Estrechamente relacionado con el desarrollo de nuevos hábitos, lo idóneo sería desarrollar estos hábitos para trabajar en nuestras limitaciones y puntos débiles.
-Trabajar las limitaciones físicas:
Tú mejor que nadie conoces tus limitaciones físicas. Aunque una cosa es que las conozcas, y otra, que las reconozcas. Reconoce tus limitaciones físicas y haz algo al respecto.
Por ejemplo, tu falta flexibilidad. O podrías tener más. Una rutina de estiramientos todos los días. Internet está plagado de ejemplos. ¿Quieres algo más concreto de escalada?
Ese agarre que se te da tan mal, por ejemplo. Busca algo que se asemeje e invéntate un ejercicio. En cualquier casa puedes encontrar marcos de puertas, picos de armarios, escalones, barandillas, etc. Sé creativo (e intenta no romper nada).
-Trabajar las limitaciones mentales:
Ya el simple hecho de incorporar nuevos hábitos y nuevas rutinas supondrá un beneficio enorme para tu desarrollo mental y personal, desarrollando tu determinación y fuerza de voluntad. Pero puedes ir más allá.
Puedes leer e investigar sobre los mecanismos del miedo, el gran limitador de nuestro potencial, o puedes reflexionar acerca de como manejas situaciones de incertidumbre y que escapan a tu control (como la que se está viviendo ahora). La fuerza mental también se puede entrenar indoor. Lee, Infórmate, reflexiona. Y ejercítala.
Sueña, planifica e infórmate sobre tu próximo destino de escalada.
Seguro que en cuanto abran la puerta sales corriendo a engancharte a una pared. No está mal reconfortarnos imaginándolo un rato al día durante el confinamiento.
Pero, además de soñar despierto, puedes hacer algo práctico e investigar sobre las diferentes posibilidades que tendrás. Buscar una buena zona de escalada, planificar el viaje, hablar de ello con quien nos vaya a acompañar o contactar con compañeras de aventura potenciales y proponer la idea. Mantén la ilusión y la motivación mientras sacas partido a este “retiro” forzado.