La paz mental del escalador: escalada como meditación

Mucho se ha hablado sobre cómo la meditación te lleva a alcanzar la paz mental. Pero, para algunos, sentarse en silencio a ver pasar los pensamientos no es una opción.

Pues bien, buenas noticias. La paz mental se puede conseguir de muchas maneras. La meditación sólo es uno de los caminos. Otro camino conocido (por quien lo transita) es el de la escalada. Quizá podría ser considerada una forma de meditación.

Es pura concentración. Ningún otro pensamiento puede colarse en tu mente cuando estás en tu escalada. Una sola distracción o fugaz pensamiento puede hacerte perder la concentración y caer. Cuando estás buscando el próximo agarre o donde poner el siguiente pie, pensar en otra cosa es una tarea bastante difícil (o contraproducente en el caso de que lo hagas).

Hasta aquí todo bien, pero… ¿Conseguiré la paz mental escalando?

Sí, podrás acercarte a un estado de paz mental con la escalada. Pero nadie dijo que sea fácil.

El escalador, durante su paso por la roca, deberá lidiar con una gran cantidad de dificultades que, además, provocarán una serie de emociones en él, las cuales no serán tan fácil de controlar. Pero nada llega sin esfuerzo.

Todo se debe practicar y desarrollar. Con esfuerzo y constancia, el escalador podrá dominar partes de su mente que antes fluían descontroladas, y además, aplicar este dominio de sí mismo en otros ámbitos de su vida.

4 aportaciones de la escalada a la paz mental

Objetividad

Como escalador debes desarrollar tu objetividad, para no dejarte influenciar por percepciones erróneas o sesgadas. Conocer los verdaderos riesgos de tu práctica, conocer tus posibilidades y no engañarte a ti mismo (ni limitándote ni sobreestimándote). La objetividad es clave a la hora de lidiar con algunos de los problemas que presenta la vida. Hacerlo de una forma objetiva contribuye a no aumentar la dificultad de los mismos.

Tomar control de las emociones

Nos ayudará a dar mejor respuesta a los desafíos a los que nos enfrentemos. Puedes sentir miedo, rabia o frustración entre otras emociones que podrían dominarte durante tu escalada o tu vida, pero saber manejarlos nos hará alcanzar nuestros objetivos sin sabotearte a ti mismo.

“Sé cómo la roca contra la cual vienen a estrellarse continuamente las olas del mar: siempre inmóvil, a su alrededor la furia se hace impotente” – Marco Aurelio

Vivir el presente

Es el único sitio en el que puedes estar. Mientras estás en la pared, más vale que no estés en otro sitio. Un pie, una mano, otro pie, otra mano. Siempre consciente de la secuencia que estás desarrollando y buscando el próximo movimiento. Pero nunca pensando en lo que hiciste ayer ni en lo que vas a hacer mañana.

Eliminar tus limitaciones

Viendo las cosas claras, de forma objetiva y con quietud, el escalador deja atrás sus limitaciones y va siempre un poco más allá. Mejorando día a día, tu físico, tu técnica, tu estado mental.

Fuerte pero flexible para adaptarte a las exigencias de la roca, siempre intentarás encontrar la combinación para llegar a donde quieres llegar. Y, la mayoría de veces, lo conseguirás.

¿Qué opinas? ¿Es la escalada una forma de meditación para ti?

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